viernes

ADAN Y EVA

Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en
ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas.

Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden.
¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas,
enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo. ¿Es que tu sangre y la
mía se encienden a diferentes horas?

Ahora que estás dormida debías responderme. Tu respiración es
tranquilan y tienes el rostro desatado y los labios abiertos. Podrías
decirlo todo sin aflicción, sin risas.

¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues, de mi costado, no
me dueles?

Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me
envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo,
sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún
modo.

Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches
nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo
empiezo a crecer como el día.

Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no
has de darme nunca.

¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver,
como un tercer ojo, como otro pie que sólo yo sé que tuve.

Jaime Sabines

No hay comentarios: