miércoles

Una Historia de Amor, desamor y recuerdos

Como pasa el tiempo, ya tengo 29 años y me he vuelto un poco aburrida, pienso más lo que digo, lo que hago, hasta lo que siento, me he convertido en cerebral antes que sentimental. Uno de estos días venía de camino al trabajo y recordaba cosas que pasaron hace algun tiempo y de todas la que más me gustó recordar es que a los 17 años tenía un "algo" de 19, tal y como me gustan...tal y como los odia mi madre pero bueno eso es otra historia; nunca fuimos novios, nunca nadie supo que nos quisimos y nunca a nadie le importó averiguarlo, lo nuestro era un amor apache "me gustas pero no más, no creas que te quiero ni un poquito", el decía que yo era demasiado fresa para él sólo porque me comía la lechuga con tenedor, pero quien no lo hace...él.

Todo era tan bonito, sin formalidades, sin ataduras y con las ilusiones a flor de piel. Cuando salía temprano del Cole me iba para su casa (si sobrada y media!), recuedo que para entrar a su habitación tenías que pasar por una cortina de cuentas de madera y ahí descubrías una luz roja...sí, es lo más extraordinario la bombilla era roja y si te fijabas con atención descubrias las fotos de Bob Marley tapizando las paredes, esa vara parecía un putero...pero estimados lectores ustedes no tienen ni idea de lo que se sentía hacer el amor escuchando a Bob Marley bajo esa luz, era una mezcla de pasión y miedo (al embarazo, a ser descubierto, a todas esas cosas que uno le teme a los 17) y sí había amor, yo se que sí porque lo sentía (aunque nunca me lo dijera).


Con el tiempo ya empecé a trabajar y nos fuimos alejando, un día me llamó para darme la noticia de que se iba a casar y necesitaba antes decirme lo que nunca dijo, que me quiso mucho...yo le dije que yo también lo amé. Muy tarde para los dos! ceder cuando ya no tiene sentido ¿para qué?, pero al menos me lo dijo y aún pienso que hubiera pasado?

Una mañana hace un año mientras esperaba el cambio del semáforo por el boulevard (que debe parecerse al mismisimo de los sueños rotos) sentí un dedo acariciar mi brazo, recorrerlo todo y logró la punta de ese dedo hacerme vibrar como ningún cuerpo entero lo ha hecho, cuando voltee a ver quien era el dueño de mi corazón agitado solo me miró y siguió su camino, sin decir una palabra y dejándome la piel lista para recibir de nuevo sus caricias.

Aun te siento aveces y vibra mi alma, fuiste mi primer amor (aunque nunca te lo dijera), fuiste el primero a quien le di mi cuerpo y mi alma juntos en un paquetito con listones de ilusión y bordado de sueños, aún siento el viento entrar por la ventana y tu respiración en mi oido, no creo que alguna vez leas esto, nisiquiera sé si te acordarás de mí, pero necesitaba decirle al mundo lo importante que fuiste y eres en mi vida, necesitaba documentarlo y talvez sólo talvez algún día el viento que alguna vez nos acarició te susurre al oído que aún te recuerdo.

viernes

Tico Centroamérica, Mucho gusto!

Pues ahora que estamos envueltos en estos aires navideños les dejo esta canción y este post de uno de mis mejores amigos, mi gurú porque tiene las respuestas a todas mis preguntas y si no las sabe las inventa...excelente periodista pero sobre todo de las mejores personas que la vida me ha permitido conocer, escribio este post que me gustó mucho y lo quiero compartir con ustedes, los que quiero con todo mi corazón, los que me leen aunque aparezca solo una vez al mes.


TICO CENTROAMÉRICA, MUCHO GUSTO
Soy tico, orgullosos de la patria que me vio nacer. Orgullosos de Debravo, Carmen Lyra, Juan Rafael Mora, el tambito, Editus y Malpaís.

Pero prefiero llamarme Centroamericano. Por supuesto que llamarse tico, o nica, o chapín o catracho o cuscatleco te hace quedar bien en ciertos foros y ciertos países. Pero llamarse Centroamericano... ¡Eso si es un acto de valentía, el tipo de valentía que me gustaría incorporar a mi modus vivendi!

¡Cómo arden las distancias!. No hablo hoy de política, fronteras y regímenes aduaneros. Hablo de respeto entre hermanos.

Basta una tarde de internet para darse cuenta que en los foros centroamericanos pulula la xenofobia. El ciberespacio centroamericano te da la sensación de que el istmo es una región de odios.
Todos presumimos de nuestro país, y está bien. Es genial sentirse del terruño. Lo malo es insultar al vecino, creerse más que el hermano, abanderarnos a un ideal de patria pero separándonos de el ideal de humanidad.

¡Cómo arden las distancias y cómo sobran las excusas!

Tico malnacido, tico presumido, tico xenófobo, tico engreído que piensa que es europeo, tico engañado con eso de la suiza centroamericana, pobrecillo tico que se cree superior en el fútbol, tico mierda, como dicen los hermanos del norte...

O nica ladrón y parte del lumpen, catracho ignorante, guanaco alzado y engañado, chapín indio....
Hermanas, hermanos... ¡Yo soy Centroamericano! Indio es mi primer nombre. Orgullo se llama mi sangre. Vibro con la sangre derramada en todo el territorio. Me emociono con Monterroso y Darío, la tierra de Tikal y la magia de Atitlán bendicen mis sandalias. El golfo de Fonseca no abandona mis ojos y soy como los volcanes del cinturón de fuego. Cuando oro, digo cosas que se han repetido en esta tierra en más de 27 lenguas a lo largo de los siglos, y la misma plegaria se une en el no tiempo.
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